- Roberto Alfayate Álvarez
- NOVEDADES
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Desde la antigüedad, las flores han sido mucho más que un deleite visual. Sus aromas capturados en fragancias, han tejido una conexión entre la naturaleza y nuestras emociones. Hoy nos paramos a analizar este fenómeno y las sensaciones que despiertan en nosotros estos aromas a flores, que llevan siendo ingredientes esenciales de la perfumería y cosmética, desde tiempos inmemorables.
Una danza invisible entre los aromas florales y las emociones
Los olores florales tienen el poder de despertar emociones y recuerdos en nosotros de una manera única y profunda, y además los sentimos de una forma irracional, sin que tengan que tener un porqué o un sentido. Cada flor tiene su propio aroma característico, y cada uno de estos aromas puede evocar sensaciones específicas en nuestra mente y cuerpo. Desde transportarnos a un recuerdo, hasta hacernos sentir en un jardín primaveral, aunque estemos en un espacio comercial o en nuestras propias casas.
Cuando percibimos un olor floral, nuestro cerebro activa áreas vinculadas con la memoria y las emociones, lo que nos lleva a experimentar sensaciones intensas y significativas. Los aromas florales pueden influir en nuestro estado de ánimo, ayudándonos a sentirnos más felices, relajados o energizados, dependiendo de la flor y su fragancia. Es por eso que muchas personas recurren a la aromaterapia con aceites esenciales florales para mejorar su bienestar emocional y mental, y en muchos comercios se utilizan fragancias florales para aromatizar sus espacios.
En el mundo de la perfumería y la cosmética, los olores florales son ampliamente utilizados por su capacidad para crear fragancias femeninas y elegantes. Las notas florales suelen ser el corazón de muchas fragancias, aportando sofisticación y frescura a los perfumes. Se suelen asociar estos olores más con las mujeres por lo delicado de su aroma y la comparativa entre las flores y la feminidad.
Los olores de flores más populares y sus efectos en nuestro estado de ánimo
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Rosa: El aroma a rosas, símbolo del amor y la pasión, es conocido por su poder afrodisíaco y su capacidad para despertar la sensualidad y el romance. Este aroma es una opción muy popular en la perfumería femenina.
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Jazmín: El jazmín es una flor exótica con un aroma embriagador y floral. Su olor se asocia con la feminidad y la seducción, creando aromas intensos y cautivadores que generan una sensación de calidez y elegancia.
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Lavanda: La lavanda es una flor relajante y calmante, cuyo aroma es utilizado para inducir la tranquilidad y el bienestar. Los perfumes con notas de lavanda son ideales para momentos de relajación y meditación.
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Gardenia: La gardenia es una flor exuberante y opulenta, con un aroma dulce y envolvente. Su fragancia se relaciona con la sofisticación, y por eso es un ingrediente popular en perfumes y aromas de alto nivel.
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Azahar: El azahar es la flor del naranjo, con un aroma fresco y cítrico. Su fragancia se asocia con la alegría y la vitalidad, y se usa para crear aromas frescos, que recuerdan a la juventud.
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Lirio: El lirio tiene un aroma que resulta empolvado, con un toque de elegancia. Es un olor que consigue transmitir pureza y serenidad, y suele ser de uso habitual en arreglos florales, además de la perfumería.
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Violeta: La violeta es una flor hermosa y delicada, que tiene un aroma intenso pero muy usado antaño para perfumarse.
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Ylang-Ylang: El Ylang-Ylang derivada de las flores de Cananga odorata y tiene un aroma exótico. Se asocia con la aromaterapia y la relajación, pero también con el romance por su olor penetrante pero diferente.
El poder de las fragancias para hacernos sentir todo tipo de sensaciones
Es fascinante el poder que pueden tener algunos olores y fragancias para hacernos sentir emociones y evocarnos recuerdos sin que nos demos cuentas, de una forma tan sutil pero intensa. No en vano, se usan técnicas de marketing olfativo en muchísimas marcas que quieren precisamente esto, despertar sensaciones, ya sea con aromas florales, o con otros tipos de olores, y funcionan muy bien.
En el caso de los aromas florales, tienen el poder de influir en nuestras emociones y estado de ánimo. Puedes amar algunas flores y odiar como huelen otras, pero no te van a provocar indiferencia. Desde el aroma sensual de las rosas hasta la frescura del azahar, cada flor nos invita a sumergirnos en un mundo de sensaciones y placeres olfativos.
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