El cliente asociará el aroma con la calidad del hotel. Esto, además de fidelizar al cliente, se transfiere en reseñas del hotel en Google, opiniones en recepción, el boca a boca con familiares o conocidos… En definitiva, consolida tu identidad como marca. Por último, el olor ayuda a que el cliente recuerde lo vivido, para que en un futuro baraje la repetición de dicha experiencia.
Y no solo nos quedamos ahí, colocar ambientadores en hoteles tiene otras ventajas que se traducen en un mejor servicio a tu público:
- Primero, sirven como elemento de decoración, como por ejemplo: en la recepción, con el que obtendrás una imagen elegante y original en la sección. Por lo que podrás situarlos en el lugar que creas conveniente o que mejor imagen proporcione al hotel.
- En segundo lugar, podrás personalizarlos con el aroma que creas conveniente. A modo de ejemplo: puedes elegir un aroma u otro en diferentes épocas o estaciones del año. También sirve para crear ambiente de eventos o fiestas que haya en la localidad en determinados periodos.
- Además, descargan el ambiente y también tiene una larga duración.