Existen diferentes formas de pulverizar o esparcir un aroma. A veces basta con presionar un botón, y en otras ocasiones incluso se usan velas aromáticas para ambientar un local. No obstante, un buen difusor de aromas debe tener control de encendido y de apagado y un temporizador para calcular el tiempo en el que se renueva el aroma. De esta manera, la tienda siempre olerá bien y no necesitarás estar constantemente pendientes del ambientador.

Existen muchos modelos, en función del tamaño de tus instalaciones y de las horas que pases en él. Los más demandados y recomendados son los ambientadores automáticos, que funcionan por micropulverización. Son sencillos y económicos, y pueden cubrir espacios de gran tamaño. Con estos ambientadores asegurarás la ambientación y la purificación del aire para cualquier estancia.

Gracias a estos difusores automáticos ahorrarás el tiempo que necesitas para atender a los clientes. ¿De qué nos sirve tener el mejor aroma si no lo esparcimos bien las veces que sea necesario?