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En el mundo de la perfumería y aromatización, podemos encontrar una amplia variedad de fragancias destinadas tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, es común observar que en las fragancias masculinas predominan ciertos tipos de olores sobre otros. ¿Por qué sucede esto? ¿Los aromas pueden definirnos hasta tal punto? En este artículo exploraremos esta tendencia y por qué a día de hoy seguimos recurriendo a estos aromas.
Olores que predominan en las fragancias masculinas
Si te preguntamos cuáles son los olores que asocias con un hombre, seguramente que una de tus respuestas (o varias) sea: aromas amaderados, cítricos intensos, tabaco, cuero, especiados, como el clavo, y aromas frescos como el marino, es decir, aromas muy contundentes. Estos olores suelen asociarse con la masculinidad y se utilizan para crear una sensación de confianza, elegancia y poder. ¿Pero por qué los asociamos de esta manera?
Asociación de estos olores con la masculinidad
Los olores que predominan en las fragancias masculinas se asocian con la masculinidad por su fuerza, virilidad y sofisticación. Estos aromas buscan reflejar la personalidad del hombre como se entiende con una imagen tradicional, como una persona segura de sí misma, elegante y con carácter, de la cual notas su presencia cuando entra en una sala, por eso suelen ser perfumes intensos.
Esta imagen del hombre es una visión muy estereotipada de lo que hoy entendemos como masculinidad, pero al ser aromas que han predominado durante tanto tiempo entre una parte de la población, se han convertido en algo que asociamos directamente con un hombre y que además suele ser un tipo de aroma que gusta entre la población masculina.
Incluso dentro de los propios anuncios de perfume, si pensamos en la imagen que se trasmite, siempre suele ser la de un hombre con la imagen externa clásica de la virilidad, fuerte, con rasgos muy marcados.
Esto no quiere decir que entre las fragancias y aromas de mujeres no encontremos aromas con mucha personalidad, fuertes y con toques a madera o especias, pero si te hubiésemos hecho al principio de este post la pregunta de: ¿a qué huelen las mujeres?, seguramente la madera o especias como la pimienta y el clavo, no hubiesen sido tu primera respuesta.
No podemos achacar toda la explicación a los roles de género, ya que por cuestiones hormonales, los hombres suelen tener de por sí un olor más contundente que el de las mujeres, ya que la testosterona provoca este tipo de olor naturalmente. Por esto también, a través de las fragancias se busca potenciar con aromas mucho más fuertes lo que sería el olor natural de un hombre, mientras que las mujeres las asociamos más con olores florales o cítricos suaves, porque no poseen un olor corporal tan intenso.
La finalidad de los perfumes
Los olores llevan usándose desde tiempos inmemorables para simbolizar estatus y poder, y suelen evocar sensaciones de confianza y seguridad, características que se han asociado históricamente a la figura masculina, aunque hoy en día sabemos que no tiene por qué ser así.
De esta forma nos encontramos con que aunque sigue siendo común asociar olores amaderados, cítricos fuertes o tabaco a los hombres, cada vez es más normal que los perfumes masculinos también puedan tener una composición más floral y los femeninos una un poco más intensa.
El objetivo final de los olores que predominan en las fragancias en general es crear una experiencia sensorial única que refleje la personalidad y el estilo de cada persona. Estas fragancias buscan transmitir emociones, evocar recuerdos y despertar sensaciones a través del sentido del olfato. Además, buscan generar una conexión emocional con el usuario y destacar su individualidad.
El mundo de los aromas está lleno de posibilidades, por eso hoy en día, seas hombre, mujer o cualquier otro tipo de definición, puedes explorar con muchas fragancias y olores que no tienen por qué definir tu género, aunque tradicionalmente se asocien unas fragancias con unos y otras con otros.
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