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Abres la ventana después de un par de horas escuchando truenos y más truenos y de repente un olor profundo pero fresco, que te recuerda a los veranos de tu infancia, que parece que te reinicia los sentidos, te invade. Es el olor de las tormentas de verano, un olor que tiene nombre: petricor. A veces este olor nos inunda unos minutos antes de que empiece la tormenta y entonces sabemos que va a llover.
¿De dónde viene la palabra "Petricor"?
Petricor es una palabra de origen griego formada por dos compuestos. Por un lado tenemos el compuesto pétros, que significa piedra. Y por otro lado tenemos la palabra icor, que significa, según la mitología griega, sangre de los dioses. Es decir, sería la sustancia que los dioses tienen en lugar de sangre.
¿Quién le puso el nombre de petricor?
Su nacimiento es relativamente reciente. El término petricor fue acuñado en 1964 por Isabel Joy Bear y R. G. Thomas. Ambos, investigadores geólogos de origen australiano, publicaron en la famosa revista científica Nature un artículo que recogía ese término. A partir de entonces se popularizó. Sin embargo, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) aún no lo ha incorporado al diccionario, pero en su observatorio de palabras indican que se documenta como adaptación de la palabra petrichor, que proviene del inglés y que significa 'olor a lluvia'.
Si la lluvia no huele, ¿por qué huelen las tormentas de verano?
Según los autores, las tormentas de verano tienen ese olor tan característico porque determinadas especies de planta exudan aceites durante la sequía. Las rocas absorben este aceite y cuando entra en contacto con la lluvia se libera al aire. Junto a los aceites, la geosmina también es responsable del olor. La geosmina es una sustancia producida por determinadas bacterias.
¿Por qué las plantas expulsan estos aceites?
La respuesta es sencilla. Los aceites ayudan a que las semillas no germinen y los brotes no crezcan. Por eso es precisamente en las épocas de sequía en las que las plantas los exudan. Por eso también el olor es mucho más fuerte cuando se produce una tormenta en zonas desérticas en las que ha habido mucha sequía y, por lo tanto, las plantas han expulsado buena cantidad de aceite.
En el año 2015 se descubrió el proceso mediante el cual el olor pasa al aire. El Instituto de Tecnología de Massachusetts logró filmar gotas de lluvia impactando contra la roca. Cuando golpeaban la superficie, pequeñas burbujas pasaban a liberar al exterior los aerosoles que provocan el olor tan característico.
También el óxido nítrico
Hay ocasiones en las que percibimos este olor incluso antes de que se haya producido la tormenta. Esto se debe a que los rayos de la tormenta forman óxido nítrico a partir de moléculas de oxígeno y nitrógeno, dando como resultado un olor parecido al que producen las plantas. Si el viento transporta este olor de la zona en la que se está produciendo la tormenta a la zona a la que nos encontramos, entonces podremos olerel petricor antes de que ocurra.
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