Relación entre mal olor y salud

Cada persona tiene su propio olor corporal y los demás somos capaces de recordarlo. Es un olor único que se puede ver afectado por diferentes circunstancias y que cambiará a lo largo del tiempo, pero por norma general cuestiones relacionadas con nuestros procesos fisiológicos, como las hormonas, el consumo de determinados fármacos o una enfermedad, pueden hacer que cambie. Olor corporal y salud van de la mano más veces de las que parece.

¿Por qué en ocasiones tenemos mal olor corporal?

El mal olor corporal puede producirse por multitud de causas comunes que no tienen por qué implicar la enfermedad:

Aumento de la sudoración

En muchas ocasiones nuestras glándulas sudan más como consecuencia de otros procesos. Las causas que pueden llevar a un aumento de la sudoración son el estrés, los nervios, el enfado o la vergüenza. A este fenómeno se le denomina hiperhidrosis.

Falta de carbohidratos

Cuando reducimos los carbohidratos en nuestra dieta el cuerpo entra en un proceso denominado cetosis. La cetosis provoca que nuestro olor se torne dulce. En ocasiones la cetosis es aprovechada en determinadas dietas para adelgazar, pero si no es tu caso, es recomendable que busques consejo sobre una buena dieta.

Enfermedades que provocan mal olor

En ocasiones el mal olor sí se debe a una enfermedad:

La diabetes

Una diabetes mal controlada puede provocar picos de glucosa en sangre. Las personas con la glucosa elevada desprenden un olor parecido a la acetona. Si se detecta este olor, es necesario acudir al médico.

Mal funcionamiento de los riñones

Nuestro cuerpo trata de eliminar las toxinas y por lo tanto adquirimos un olor como a amoniaco. Es importante también consultar con un especialista si es nuestro caso.

Bromhidrosis: Cuando oler mal es la enfermedad

Las personas que sufren bromhidrosis tienen un olor corporal demasiado fuerte. Esto se debe a que las bacterias comienzan a descomponer el sudor produciendo ácidos grasos y amonio, dos elementos que desprenden mal olor.

¿Por qué se produce?

Son muchas las causas que pueden producir esta enfermedad. Entre las más comunes se encuentran los trastornos en el metabolismo, el exceso de sudoración, o el consumo de determinados fármacos.

En otras ocasiones la causa puede ser genética. Cuando esto ocurre el mal olor suele aparecer tras la pubertad y se convierte en una cuestión de salud. Un dermatólogo podrá ayudarte a reducirlo o eliminarlo con el tratamiento que más se ajuste a ti.

¿Hay tratamiento?

Por suerte sí. Unos buenos hábitos de higiene pueden ayudar a reducir el mal olor. Cambiarse de ropa habitualmente o controlar el bello para evitar un exceso de sudoración son rutinas que resultan útiles. También se pueden eliminar de nuestra dieta ciertos alimentos como la cebolla, el ajo, o las especias, y moderar el consumo de bebidas como el alcohol y el café. En los casos más graves pueden utilizarse antibióticos para acabar con las bacterias. En cualquier caso, olor corporal y salud están muy relacionados, así que consulta siempre a tu médico.

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